Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo
como un fuego,
y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.
Juan Gelman
Los pactos de sangre tienen mucho poder, tanto como el propio fuego que se propaga y destruye... para que de las cenizas surja nueva vida otra vez.
ResponderEliminarEspléndido texto has elegido César, te dejo un fuerte abrazo.
Has sabido leer lo que me gustó de estos versos de Gelman. Abrazos van.
EliminarHola, un placer pasar por tu buen blog, te felicito por tu gran trabajo, aquí me tienes felicitándote. Te invito cordialmente a que leas mi nuevo poema titulado “El poema cósmico”, es un poema romántico entre estrellas, está publicado en el Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarEl fuego del amor construye y destruye…nadie puede contra él. Si con tu brazo derecho abrazas la luz…con el izquierdo abrazas la oscuridad. Este poema es vida y muerte…me toca profundamente. DIVINO!!!
ResponderEliminarGracias César Augusto por compartirlo.
Abrazos.
Muy grande.
ResponderEliminar"Eres oscura como la luz..." Me encanta!!
ResponderEliminarUna maravilla.
Besos
A mi me resulta más difícil entregar el olvido.
ResponderEliminarEl olvido es como el sueño que cuánto más se persigue más imposible de alcanzar se vuelve.
Me atrapan totalmente estos versos.
Un abrazo César