Entradas de escritores consagrados importadas desde lasletrasylasangre.blogspot.com a partir del 18 de Febrero de 2013. En tanto mis delirios literarios seguirán allí.

lunes, 29 de abril de 2013

Poemas de ensueño: «Lo que pasa» de Juan Gelman




Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo 
                                                       como un fuego,
y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.


                                                                                   Juan Gelman

domingo, 21 de abril de 2013

Frases de ensueño: Acerca de "la mujer como poseedora de la doble visión" de Jules Michelet - del libro "La sorcière" (La bruja - 1862)



El hombre caza y lucha. La mujer intriga y sueña; es la madre de la fantasía, de los dioses. Posee la segunda visión, las alas
que le permiten volar hacia el infinito del deseo y de la imaginación... Los dioses son como los hombres: 
nacen y mueren sobre el pecho de una mujer...

                         JULES MICHELET



* Insertado como epígrafe en la novela corta "Aura" de Carlos Fuentes.

lunes, 8 de abril de 2013

Frases de ensueño: Acerca de la contradicción - de "Del sentimiento trágico de la vida" (1913) - Miguel de Unamuno

Alguien podrá ver un fondo de contradicción en todo cuanto voy diciendo, anhelando unas veces la vida inacabable, y diciendo otras que esa vida no tiene el valor que se le da. ¿Contradicción? ¡Ya lo creo! ¡La de mi corazón, que dice que sí, mi cabeza, que dice no! Contradicción, naturalmente. ¿Quién no recuerda aquellas palabras del Evangelio: «¡Señor, creo; ayuda a mi incredulidad!»? ¡Contradicción!, ¡naturalmente! Como que sólo vivimos de contradicciones, y por ellas; como que la vida es tragedia, y la tragedia es perpetua lucha, sin victoria ni esperanza de ella; es contradicción.

                                                                             Miguel de Unamuno


Adjunto un video que me ha parecido muy interesante sobre este grande y universal español, enorme paladín de las letras y las ideas: 

martes, 2 de abril de 2013

Poemas de ensueño: "Los ángeles del mar" - del libro: Adagio mediterráneo - de Antonio Porpetta.


Hace tan sólo unas semanas atrás, tuve el inmenso placer de que mi navío errante de internauta me condujese –gracias al ondular de las inextricables olas salobres del destino- hacia las bellísimas costas de la web de don Antonio Porpetta. Allí anclé mi nave, y allí me emocioné, y allí me reí… allí volví a gozar de la alta poesía, y volví a llorar… No recuerdo en lo personal, sinceramente, haber pasado por una experiencia de goce poético semejante desde aquel pretérito descubrimiento de la poesía de Pablo Neruda. Sé que no exagero. Sé, además, que luego de una concienzuda lectura de todos los poemas que habitan la web de don Antonio, seleccionar un poema en particular (es costumbre de este blog seleccionar una única obra por entrada)  no me fue fácil. Querría subirlos a todos… Pero, como tengo la responsabilidad de mantener cierto criterio en los formatos –es menester respetar a los lectores- , he tenido que acometer la sacrílega tarea de decantarme por un único poema. Me he valido para tal fin de un video que está subido en la misma web de Porpetta -al que enlazaré al pie-, en donde el autor, en medio de una imperdible entrevista, nos deleita con el recitado de los versos elegidos para esta entrada: recomiendo sobremanera tomarse el tiempo para degustar el video. No tiene desperdicio.

(Soy consciente que –por obvias razones- la web de don Antonio posee infinitamente más seguidores que ésta, pero -a modo de agradecimiento personal por todo lo antedicho-, si de alguna manera esta entrada logra sumar algún nuevo admirado lector de sus versos, mi tarea está cumplida. A él, a don Porpetta, todavía tengo la oportunidad de agradecerle tantos disfrutes –la mayoría de mis otros maestros están navegando por los mares del recuerdo, mas nunca del olvido.)


A acomodarse en la inasible pero excelsa butaca del deleite poético…

Sin más dilaciones, los dejo junto a:


LOS ÁNGELES DEL MAR
(De “Adagio mediterráneo”)

Los ángeles del mar, cuando llega la noche,
arrastran suavemente a los ahogados
hasta playas amigas,
y allí limpian sus cuerpos de algas y medusas
y peinan su cabellos con esmero
para que no parezcan tan difuntos
y sus madres, al verlos,
                                                no piensen en la muerte.
A veces depositan sobre sus pobres párpados
dos denarios de plata recogidos
de algún pecio profundo
para borrar el miedo de sus ojos
y que el asombro vuelva a sus pupilas,
o ponen en sus manos caracolas y pétalos
como si fueran niños que dormidos
quedaron en sus juegos.
Finalmente, con leves movimientos,
abanican sus rostros muy despacio
y ahuyentan de sus labios las últimas palabras
dejándoles tan sólo los nombres de mujer...
Casi siempre suplican a los altos querubes
que trasladen sus almas con cuidado,
porque el mar dejó en ellas salobres arañazos,
golpes de barlovento, heridas abisales,
y en el más largo instante
vieron cómo sus vidas se alejaban, se hundían
en el temblor callado de las aguas,
y con sus vidas iba su memoria,
y en su memoria todo cuanto amaron
o pudieron amar,
                                      y su dolor fue grande...

Cumplida su misión, vuelan los ángeles
hacia las blancas ínsulas del sueño,
y los ahogados quedan
solitarios y espléndidos
en sus dorados túmulos de arena,
serenos como dioses,
                                            dignos en su derrota,
esperando que nazca la mañana,
que les cubra la luz,
que jamás les alcance
                                             el frío del olvido.

                                                          


© Antonio Porpetta. Autorizada su reproducción total o parcial, citando autoría. 



Aquí dejo el enlace a su página:

http://www.porpettablog.com


Entrevista a don Antonio Porpetta (Con versando con...)

lunes, 1 de abril de 2013

Párrafos de ensueño: La emoción del ideal - del libro "El hombre mediocre" de José Ingenieros



I. LA EMOCIÓN DEL IDEAL

Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en ti el resorte misterioso de un Ideal. Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones. Custódiala; si la dejas apagar no se reenciende jamás. Y si ella muere en ti, quedas inerte: fría bazofia humana. Sólo vives por esa partícula de ensueño que te sobrepone a lo real. Ella es el lis de tu blasón, el penacho de tu temperamento. Innumerables signos la revelan: cuando se te anuda la garganta al recordar la cicuta impuesta a Sócrates, la cruz izada para Cristo y la hoguera encendida a Bruno; -cuando te abstraes en lo infinito leyendo un diálogo de Platón, un ensayo de Montaigne o un discurso de Helvecio; cuando el corazón se te estremece pensando en la desigual fortuna de esas pasiones en que fuiste, alternativamente, el Romeo de tal Julieta y el Werther de tal Carlota; -cuando tus sienes se hielan de emoción al declamar una estrofa de Musset que rima acorde con tu sentir; -y cuando, en suma, admiras la mente preclara de los genios, la sublime virtud de los santos, la magna gesta de los héroes, inclinándote con igual veneración ante los creadores de Verdad o de Belleza.
Todos no se extasían, como tú, ante un crepúsculo, no sueñan frente a una aurora o cimbran en una tempestad; ni gustan de pasear con Dante, reír con Moliére, temblar con Shakespeare, crujir con Wagner; ni enmudecer ante el David, la Cena o el Partenón. Es de pocos esa inquietud de perseguir ávidamente alguna quimera, venerando a filósofos, artistas y pensadores que fundieron en síntesis supremas sus visiones del ser y de la eternidad, volando más allá de lo real. Los seres de tu estirpe, cuya imaginación se puebla de ideales y cuyo sentimiento polariza hacia ellos la personalidad entera, forman raza aparte en la humanidad: son idealistas.
Definiendo su propia emoción, podría decir quien se sintiera poeta: el Ideal es un gesto del espíritu hacia alguna perfección.