El hombre caza y lucha. La mujer intriga y sueña; es la madre de la fantasía, de los dioses. Posee la segunda visión, las alas
que le permiten volar hacia el infinito del deseo y de la imaginación... Los dioses son como los hombres:
nacen y mueren sobre el pecho de una mujer...
* Insertado como epígrafe en la novela corta "Aura" de Carlos Fuentes.
Hola
ResponderEliminarLa mujer es un mundo de ideas y es drama de su mundo
el hombre es mas lógico por lo tanto mas controlador
abrazos y gracias siempre por tus bellas palabras
A ti, Mucha.
EliminarDivina la cita...
ResponderEliminarMe ha encantado :)
Un beso.
Muchas gracias Misterio. Un abrazo.
EliminarLe das cierto aire de grandeza al simio pensante que somos.
ResponderEliminarCaptamos cosas de niveles sublimes y como especie sólo se organizan los más densos entre nosotros. Los que a toda costa nos tienen sometidos a un sistema que crearon a su exclusiva conveniencia.
Ha llegado la hora de la evolución.
Saquen a los monos de la jaula.
Abolir la moneda y revalorar la bondad y hermandad les resultará inesperado.
Desmantelando la violencia se acaba el medio de intimidación.
Querido Carlos, ante todo muchas gracias por tus palabras. Vislumbro en ellas el poder de los altos ideales —aquellos que debieran ser irrenunciables—: las comparto y enarbolo.
ResponderEliminarSin embargo, en cuanto a la frase que nos indujo a dialogar, estuvo lejos de mis intenciones querer ensalzar la grandeza de los hombres; en todo caso, en sintonía con las pretensiones de Michelet (e incluso más todavía: en sintonía con el Carlos Fuentes de “Aura”), muestra mi admiración y mi intriga hacia esa capacidad de “la doble visión” de las mujeres —un bello enigma para nosotros los hombres. Mi literatura personal suele estar contaminada, de un modo más o menos explícito, más o menos metafórico, de estas sensaciones. En última instancia —como sucede con todas las frases que subo a este blog—, he sido atrapado por su “verdad” poética (condición necesaria para mi), mas no por su verdad fáctica. Un gran abrazo.
Dos enormes alas impiden alzar el vuelo del hombre que se mantienen alerta y a la defensiva del acecho,,, en cambio las mujeres utilizan sus alas más pequeñas para amedrentar el miedo de los hombres y llevarlos al viaje inigualable de la imaginación.
ResponderEliminarUn cita bellísima y muy reflexiva, te dejo un fuerte abrazo!
PD: me llevo el enlace.
Qué decir... tu definición me dejó sin palabras Cristina. Gracias, y abrazos para ti.
EliminarLlegar a tu blog es
ResponderEliminarEnsoñarme con tus palabras